domingo, 26 de junio de 2011

Capitulo 21. Colores de iris y tensiones amorosas.

Mi buen amigo Juan Carlos.

Te pido disculpas por mi desfachatez al tener semanas sin escribirte pero estos días he estado tan ajetreado que ni me he ocupado de mis propios asuntos tratando de resolver los ajenos. Y es que las semanas laborales de mitad de año en la oficina son extremadamente agitadas pero no te aburriré con esos detalles en esta carta. Lo que quisiera comentarte y particularmente tiene relación con asuntos de estrés laboral es esa capacidad de reaccionar que tiene el ser humano cuando ya está al borde de los límites de la paciencia. Cada quien lo aborda de diferentes maneras. Unos gritan hasta explotar los vidrios de la sala de conferencias como le ocurrió hace dos días a Magnolia. Otros se vuelven agresivos como Arthur hace una semana cuando golpeó en la cara a un fotógrafo que lo acosaba. Algunos rompen a llorar desconsoladamente como Elizabeth hace una hora, por una situación un poco más complicada.

Hace unas semanas la Plaza Altamira de Caracas fue invadida por el III Festival de Lectura en el cual diferentes editoriales ponían a la venta al aire libre estilo bazar sus libros más exitosos, había música en vivo, lecturas dramatizadas por actores reconocidos a nivel nacional y más eventos en todo el municipio. Yo estaba encantado por ese tipo de espectáculos culturales que tanto alimentan a esta caótica ciudad, pero esa noche en particular estaba un poco nervioso. Mi prima Elizabeth nos presentaba a su nuevo novio al cual describió como “Un apasionado artista plástico adorador de la madre Gaya”. Conocer al novio o novia de uno de tus mejores amigos siempre es una tarea un tanto incómoda, generalmente está latente la tensión de que obligatoriamente tiene que agradarte, y no sabes si ya se han conocido en otra situación desagradable: En uno de esos empujones agresivos en el Metro, en una sarta de insultos por haberse coleado en la cola del banco, en una acalorada pelea en el comedor de un centro comercial por diferencias políticas, o simplemente conoces que ya tiene pareja. Pero afortunadamente Mario Durán era una persona agradable para todos nosotros, excepto para Dimitri quien lo observaba con recelo con unos ojos que se tornaban de azul a gris luminoso.

Mi amigo Dimitri tiene una particularidad, sus ojos cambian de color de acuerdo al estado de ánimo, son azul celeste cuando está feliz, verdes cuando está cansado o tiene migraña, azul oscuro cuando está concentrado, ámbar cuando está triste y gris cuando está molesto. De hecho yo juraría que he visto a veces unos rayos centelleantes muy pequeños en su iris. El hecho de por qué estaba enojado esa noche lo ignorábamos pero él seguía mirando a Mario y de vez en cuando le hacía preguntas muy personales llegando a incomodarnos a todos. Elizabeth lo enfrentó con una sonrisa en el rostro y educadamente se retiró con su novio.

Al día siguiente cenaba con Arthur y Magnolia en un evento de comida llamado GastroPop que se trataba de la combinación de platos típicos venezolanos mezclados con recetas exóticas internacionales, no pudimos evitar comentar el penoso espectáculo de la tarde anterior.

-Es más que obvio que Dimitri está celoso- Dijo Magnolia hablándonos en susurros con una sonrisa pícara –Elizabeth ha coqueteado con él desde que se conocieron pero Dimitri no le prestaba atención. Ahora aparece ella con otro hombre y él se siente desplazado. No me imaginaba que nuestro amigo fuera tan machista.

-No lo sé – Comenté en un intento de defensa y queriendo cambiar el tema - ¿No les parece que un escenario de tensión amorosa como Ross y Rachel de FRIENDS es demasiado cliché para un caraqueño?

-Yo no estoy hablando de tensión amorosa – Replicó Magnolia – Hablo de machismo, de marcar a la mujer como territorio ¿Por qué crees que le decimos perros a los hombres? Ese sentido de pertenencia que tanto enferma y corrompe el alma.

-No considero machista a Dimitri, está muy lejos de serlo.

-Algunas actitudes de macho sobreprotector se despiertan en los hombres, a veces involuntariamente, generalmente tales comportamientos me excitan pero ya sabes que no involucro sentimientos con los hombres. Es una pérdida de tiempo.

-No sé cuáles fueron sus razones – Interrumpió Arthur – Pero evidentemente el famoso Mario no le agradó a nuestro amigo, y debemos averiguar el por qué.

Después de unos días me reuní con Dimitri en una conferencia sobre el alcance de las redes sociales en las personas de escasos recursos dictada en la Universidad Católica Andrés Bello.

- No me agrada porque es una persona falsa - Me dijo a la salida – Mario Durán es una fachada, lo conocí en la universidad y ahora es mi vecino. Por supuesto, no me recuerda porque le parezco poco interesante. No es adorador de Gaya por convicción, él es católico y sólo lo hace porque está de moda, hace unos años practicaba la Kabala porque Madonna lo hacía. Cree que la música de Britney Spears es mucho mejor que la de Mozart. Piensa que The Beatles es una marca de champú y los únicos libros que ha leído en su vida son “Quién se Comió mi Queso” y “Crepúsculo”. Lo único bueno que tiene son sus músculos y su habilidad para pintar buenos cuadros. No pensé que Elizabeth fuera tan superficial, ella se merece algo mejor, no sé por qué está con él.

Ese fin de semana estaba con Elizabeth en un evento al cual no quería ir. El Festival Avalancha o Fan Fest 2011 es una convención de cómics, personajes de ciencia ficción y actores de doblaje que se celebra cada año en la capital.

-Estoy con Mario porque es el mejor sexo que he tenido en mi vida – Me dijo ella con una sonrisa de victoria que haría a Magnolia levantarse y aplaudir –He estado muy tensa en lo que va de año, tú muy bien sabes cuánto deseo ser periodista de temas políticos pero el noticiero me releva a noticias de farándula ¡Dios! Cómo odio la prensa de corazón y es a lo que me dedico, es una vergüenza.

-Pero qué tiene que ver todo eso con tu artista plástico –La última palabra la dije irónicamente debido a lo que Dimitri me había comentado de él.

-Mario es sólo el catalizador desestresante, no puedo hablar con él, no es muy inteligente que digamos. Pero es una persona muy sensible y no todo en la vida puede estar dirigido a conocimientos técnicos o lenguas muertas de las cuales alardear. Cuando yo veo sus ojos, veo un alma pura y eso me es suficiente por ahora.

No supe qué decir, estamos llenos de prejuicios en todos lugares, por preferencias sexuales o musicales, por tener destrezas mayores a otros, por la cantidad de dinero, la cantidad de propiedades o títulos adquiridos, o porque unos prefieren seguir siendo niños en un mundo de adultos crueles que enseñan a sus hijos a ser más malicioso que su prójimo. Y observaba a mi alrededor en aquella convención a hombres y mujeres mayores disfrazados de superhéroes o personajes de fantasía, incluso a un señor obeso vestido como Sailor Moon.

-Recuérdame por qué estamos aquí – Le dije a Elizabeth al oído.

-Porque se lo prometimos a Dimitri – Me respondió ella tratando de contener la risa.

Cinco minutos después un Pokémon amarillo fluorescente de fieltro y gomaespuma de un metro ochenta y cuatro se nos acercó y nos dijo con voz gruesa.

-Hola muchachos.

Elizabeth me observó con los ojos abiertos de par en par de la misma forma en que me miró al ver el final de sexto sentido.

-¡Dimitri! – Exclamamos al unísono ahogando carcajadas que serían escandalosas.

-Me alegra verlos – Se oyó la voz alegre dentro de semejante disfraz – Pero por qué no vinieron disfrazados.

-Nuestro amor por ti no es tan intenso, amigo mío – Dije con lágrimas en los ojos.

En ese momento se nos acercó con actitud desencajada Mario Durán, quien al encontrar a Elizabeth la rodeó en sus brazos como un grande infante temeroso del lugar donde estaba. De pronto el Pokémon amarillo parecía una estatua: Inmóvil y sin generar sonido alguno.

-Me alegra que estés aquí – Dijo Elizabeth –Ahora puedo darles la noticia. A partir de la semana siguiente estaré conduciendo una sección nueva en el noticiero dedicada a los problemas de las comunidades ¡Al fin podré tener contacto directo con los políticos y hacer periodismo serio!

-Estoy tan orgulloso de ti – Dijo Mario dejando escapar una lágrima sincera–Tú eres espectacular, logras lo que deseas porque trabajas por ello. Es mucho más de lo que la mayoría de las almas de esta ciudad han logrado en su puta vida.

Un tanto impresionado por el leve destello de lenguaje soez en Mario me limité a decir “Felicitaciones” y abrazar a mi prima.

-Pero no entiendo por qué has elegido este lugar tan… colorido – Comentó Mario un poco despectivo –Me resulta muy raro ver a un adulto vestido como una caricatura, no habla muy bien de él.

-¡Entonces por qué no te largas! – Gritó Dimitri indignado dentro de esa armadura amarilla que estaba comenzando a darle calor - ¿Para qué vienes a un lugar que no te agrada o es que eres tan tonto como para confundir una convención con un desfile de diseños para Lady Gaga? ¿Hay algo que te interese aparte de lo que está de moda? ¿Acaso sales con ella porque sale en televisión o porque hace farándula?

En ese momento estuve en medio de una discusión o más bien una serie de insultos de parte de Elizabeth hacia un muñeco gigante amarillo con mi destrozado amigo Dimitri dentro en frente de un público colorido y un avergonzado y silencioso Mario Durán. Esa noche nos tomamos unos tragos en un bar de mala muerte de Chacao, de esos donde los jefes llevan a escondidas a sus secretarias. Dimitri no sonreía, tampoco lloraba, a él le costaba mucho exteriorizar sus sentimientos intensos salvo los de alegría. Era como si toda la luz de aquel maldito traje amarillo que ahora descansaba en la basura se hubiera llevado la energía casi adolescente de mi buen amigo. Y así estuvo dos días hasta que recobró los ánimos gracias a esas frecuentadas reuniones de tertulias a las cuales Elizabeth no asistía por estar muy ocupada (según se excusaba).

Hace una hora Elizabeth me llamó con voz apesadumbrada, estaba afuera de mi edificio en esta noche de truenos.

-Me han despedido – Me dijo y rompió a llorar – Al parecer me he vuelto muy famosa como periodista de celebridades, y trabajar con las comunidades y la política le quitaría seriedad al programa debido a mi fama por la farándula. He sido encasillada, no he podido aceptar mi empleo anterior porque no me interesa un demonio lo que haga con su vida un actor o cantante. Así que me despidieron.

Allí en las escaleras de la entrada de mi edificio nos sentamos, la abracé y lloré junto a ella al mismo tiempo que enviaba un mensaje de texto a mis amigos informándoles la situación.

-Dimitri tenía razón – Continuó Elizabeth más calmada – Mario se tornó nervioso y se fue cuando le conté. No dijo una palabra, sólo salió de la habitación.

-No vale la pena preocuparse por ello – Dije lamentando haber enviado un mensaje también a Mario.

-No debería, se supone que estaba con él por diversión. Alguien como él no puede tomarse tan en serio. Pero sin embargo me duele y no sé por qué, soy tan distinta a Magnolia. Mis sentimientos sí se involucran en cada decisión que tomo.

Estuvimos media hora sentados ante las luces de los faroles y de un cielo negro. De pronto se nos acercó un motorizado, era Mario con expresión afligida. Llevaba horas buscando a Elizabeth y mi mensaje erróneo lo guió hasta nuestra ubicación. Ella lo besó y se fue abrazada a él como tratando de entender la pureza de su alma y la incógnita de su personaje en este mundo. Diez minutos después apareció Dimitri. Le dije lo que había sucedido y la aparición repentina de Mario Durán y mi buen amigo se desvaneció en un llanto agudo, desconsolable y sin esperanzas. De repente cayó una tormenta con gotas de agua tan gruesas como mangos y en todo este tiempo tratando de huir de un cliché en Caracas la lluvia torrencial barría el alma de Dimitri, y la mía al verlo así.

-Yo la amo, Jack – Me dijo mirándome con ojos castaños – La amo tanto que me odio por no haberme dado cuenta antes.

Mi buen amigo Juan Carlos, me es inevitable no ser empático con los sentimientos de mis amigos. Los cuido como tesoros preciosos, tú lo sabes muy bien. Pero cómo hago yo para apaciguar mis ganas de explotar, pues estoy ante los límites de mi paciencia.

Tu amigo.



1 comentario:

Anónimo dijo...

felicidades, me encanto esa historia tan dramática. "BRAVO Jhon"