viernes, 27 de noviembre de 2009

Cap. 8: La Bruja de Fuego.


Mi buen amigo Juan Carlos:

Confieso que mis excusas no tienen fundamento, pues me he visto abrumado de experiencias adversas durante el transcurso de la semana. Pero te prometo que estoy mejor. Me encuentro escribiéndote ahora en la plaza del rectorado de la Universidad Central de Venezuela, entre otros estudiantes, recostado de una de las columnas con vista a esos esplendorosos jardines en los que tú y yo conocimos a Alicia perdida entre la multitud y rivalizamos por su amor. Estoy relajado, siendo acariciado por estas hermosas ninfas que se esconden entre la brisa, realmente son hermosas y sus vestidos brillantes me recuerdan al de mis musas que aun siguen de viaje en los maravillosos palacios de los Campos Elíseos. En verdad es reconfortante pues hasta hace poco estuve un tanto melancólico pues sentía que cada paso que daba en adelante me regresaba al punto de partida.

Hoy volví a mi rutina, compré la prensa que casualmente hoy está en sus ediciones especiales para desempleados. Hay un artículo en particular, ofensivamente coloquial que dice “UNA MUCHACHERA BUSCA CHAMBA”, por supuesto no te diré cual periódico es porque sé que ya lo habrás adivinado entre risas. Pero en todo caso dice la verdad, hay millones de personas en el mundo que están igualmente en mi lugar. A inicios de semana leí un artículo de prensa que decía “Hoy es el último día… Contratación inmediata… Sueldo superior a 2600 Bs F… Empresa líder en el ámbito publicitario… Estabilidad laboral, beneficios de la LOT (Ley Orgánica de Trabajo)… Presentarse antes de las 5 pm en el edificio…” Eso lo había leído a las tres de la tarde, de modo que emprendí una carrera haciéndome el nudo de la corbata mientras entraba a la estación del metro. En la recepción estaba una mujer enjuta y mirada torva que me indicó la ruta hacia una sala de espera que estaba repleta de aspirantes, de todos los colores, tamaños y estilos. Luego de llenar la planilla de solicitud de empleo y ser llamado, ingresé a otra oficina un poco más oscura que la anterior, simultáneamente con cinco personas más, nos atendió una mujer de tez blanca y ojos vino tinto, tan profundos que parecía que leyeran los pensamientos. Sus labios carmín tornaban una sonrisa maliciosa y levantó los ojos hacia nosotros, nombró a los cinco que estaban conmigo y les dijo “No me harán perder mi tiempo y no les haré perder el de ustedes, hasta luego, buenas tardes” Lo dijo en una sola línea de voz, luego me indicó amablemente que me sentara. “Sé que soy grosera” Me dijo al notar mi incomodidad “Pero es mi forma de ser, soy potente y fugaz como el fuego. Nací bendecida con un rubí mágico un cuatro de diciembre, me consagraron a Santa Bárbara y desde mi mayoría de edad soy su más valiosa guerrera. Mi personalidad es como las llamas incandescentes, como el magma de un volcán, soy furia y pasión. La paciencia y la sutileza no las poseo, pero he sabido controlarme con el pasar de los años. Mi nombre es Rouge La Chapelle” extendió su mano y con sólo tocar su piel me sentí excitado, era una especie de corriente caliente que brotaba de su piel pero inmediatamente mi pensamiento se dirigió a lo del empleo. “Tendrás una semana de inducción para optar a tu empleo, comienzas mañana, yo daré las clases y si apruebas la prueba final estas dentro de nuestra empresa”.

Al día siguiente comenzó el seminario de inducción, Rouge La Chapelle llevaba un traje de ejecutiva de color negro que contrastaba con sus accesorios rojos, en verdad era hermosa, de estatura baja y con un cuerpo escultural. Sus ojos profundos arrasaron a cada uno de los presentes y me sentí incómodo en una oportunidad. Comenzó diciéndonos “Eviten tener mentalidad de empleados, deben empezar a pensar como empresarios”. En ese momento pensé que ese discurso ya lo había escuchado en alguna de las molestas charlas de Herbalife, estuve a punto de levantarme pero ella dijo “Esto no es venta, no es lanzarlos a la calle a vender productos mintiéndoles al decirle NO ES VENDER SINO RECOMENDAR, no somos Herbalife, se los aseguro” Lo dijo guiñándome un ojo, me quedé estupefacto, entonces ella podía leer las mentes de quienes estuvieran allí. Al final de día estuve mucho más confundido que antes pues no me explicaron la función que desempeñaría en la empresa. “Los estaremos llamando para decirles que no vengan mañana, que no cumplieron con el perfil y están despedidos” Ella hablaba con voz tan autoritaria pero sensual a la vez.

Pero mientras pensaba en ese mundo de Alicia en el que los conejos toman tazas de cappuccino con galletas de limón, los sombrereros locos ahora usan boinas en vez de sombreros de copa, la ambición es mala para un negocio y que te digan de una entrevista de trabajo “TE LLAMAREMOS” es la palabra que menos deseas esperar; llamó nuestro amigo Arturo (lo recuerdas) contándome lo triste que estaba pues el padre del amor de su vida había muerto en un accidente de tránsito, al parecer fue culpa de una imprudente al volante, una abogada que sobornó a las autoridades y huyó rumbo a este Niflheim en el que resido. Manifesté mi opinión de denunciar ante el Ministerio Público y abrir una investigación pero la respuesta que escuché fue “Pero eso no le regresará a su padre, la justicia de Dios se hará cargo de ella”. Sé que no estarás de acuerdo conmigo amigo pero me desagradó escuchar esa frase, aunque el respeto por Arturo y su gran amor es inmenso busqué el consejo de mi Arcángel Gabriel quien me contó una historia:
“Hace algunos años hubo una inundación allá abajo, en la costa. Un hombre llamado Lucio se encontraba refugiado entre las resbalosas tejas del techo de lo que era su casa. Pasó un hombre que había improvisado una balsa a partir de unos troncos y le dijo ‘¡Ven amigo! Hay espacio para dos’ pero Lucio se negó y respondió ‘Mi Dios me salvará’, luego pasó otro señor en un bote pesquero haciéndole señas con la mano para que entrara en él pero Lucio dijo ‘Vete que mi Dios me salvará’, Llegó un helicóptero que luchaba con el fuerte viento para rescatar al señor pero Lucio al ver tres intentos fallidos les gritó ‘No importa, váyanse que mi Dios me salvará’. Pero el tiempo empeoró y Lucio murió ahogado. Al llegar al cielo lo recibí en la entrada preguntándome con tono inquisitivo ‘¿Pero por qué mi Dios no me ha salvado?’ a lo que le respondí ‘¿Pero no has visto la balsa, el bote y el helicóptero que Él te mandó para que te salvaras?”

Nada ni nadie posee el derecho a arrebatar una vida de esa forma, pero es humano sentirse impotente ante la injusticia que ha comenzado a caracterizar a este Niflheim, y la gigantesca diosa Hel se maravilla con la decadencia que esta arrebatando las esperanzas y felicidades de millones de personas que luchamos todos los días apretujados implorando clemencia para nuestras almas en pena.

Pero al otro día fue peor la situación pues Rouge La Chapelle nos acorraló en la sala de conferencias mientras hablábamos animadamente y dijo en un tono juguetón “Está prohibido hacer amigos en este lugar, están veintiocho pero serán cinco los seleccionados, así que desde ahora comenzarán a luchar los unos a los otros para sobresalir”. Me sentí tan incómodo cuando ella me miró y me dijo “Serás el jefe del Equipo Nº 4, promocionarás este producto y necesito que me realicen una estrategia de mercadeo” Me entregó unos guantes de cuero con rubíes incrustados en las costuras. Cada día las pruebas se hacían más difíciles y el ambiente de tensión se sentía pero al último día esa mujer exuberante, radiante y maliciosa nos habló de nuestra función. Y no era más que un simple trabajo de Promotor de un sistema de tarjetas de crédito privado, poco confiable y con ya varias demandas en curso. Pero Rouge La Chapelle me miró a los ojos al final de ese día y me dijo “Eres demasiado abogado para que trabajes en algo como esto, pero me agradas, si vienes mañana te contrataré sin dudarlo”. Pero no regresé, amigo, ya sabes por qué. Pero aun no pierdo mis esperanzas, mi camino es incierto pero sigo caminando, ahora a paso más suave y sé que llegaré al final… lo que no se es qué se encuentra en ese final, espero que sea la salida de este Niflheim.

Tu amigo.

No hay comentarios: